uso racional de la tecnología en el hogar


Por: Aurea Díaz de León Carrasco. Directora de psii psicólogas infantiles.

 

Sabemos de sobra que la televisión, la computadora, el celular, las tabletas, los videojuegos y demás, pueden resultar “excelentes niñeras”, si de mantener a los niños entretenidos y quietecitos se trata. Sin embargo, si lo que nos importa es que se desarrollen adecuadamente en todos los aspectos, el confiar el cuidado de los pequeños a estas niñeras tecnológicas, podría llegar a ser muy peligroso.

Si bien es cierto que dichos aparatos son una genialidad inherente a la vida moderna, y que racionalmente utilizados, representan un invaluable aporte para la adquisición de conocimientos y desarrollo de habilidades en los niños, también lo es el hecho de que cada día más padres, por distintos motivos y circunstancias, cuentan con menos y menos tiempo, para dedicarlo a convivir con sus hijos.

Lo anterior es parte de una realidad actual muy compleja, que tiene muchas aristas, las cuales no pretendemos abordar en este momento. El caso es que con frecuencia resulta en padres que se sienten culpables y que, para compensarlo, evitan poner límites a sus hijos, y en hijos –niños y adolescentes- que, al sentirse solos, se refugian en estos “amigos tecnológicos”…

Pero como la intención no es agobiarte, sino muy por el contrario, ayudarte a buscar soluciones encaminadas a ir logrando un equilibrio, que favorezca el bienestar de todos en casa, y con ello, una mejor integración y armonía familiar, he aquí algunos consejos que podrían encaminarte en esa dirección:

  1. Establece como una regla de la casa, el uso limitado de los aparatos tecnológicos; con los más pequeños (en preescolar y primaria), una hora al día sería razonable, después de haber cumplido con los deberes escolares.
  1. No permitas que los aparatos estén presentes durante las comidas ni en los momentos de convivencia o charlas familiares. ¿Esto te parece imposible? Pues no lo es; aunque al principio con seguridad provocará resistencia y enojos, con el paso del tiempo, si te mantienes firme, se habrá convertido en un hábito muy positivo.
  1. Enseña con el ejemplo. No pretendas que tu hijo renuncie a su tableta o a su celular en los momentos de convivencia, si tú no puedes hacerlo para enfocar tu atención e interés en jugar o platicar con él.
  1. Interésate en sus asuntos y dedícale tiempos de calidad, buscando actividades o temas que sean de su agrado y que le resulten divertidos. En otras palabras, ¡haz que realmente valga la pena!
  1. Enséñale a que sea capaz de auto regular su propia conducta, en lo que al uso de la tecnología se refiere. Esto es, a ver los beneficios que le aporta el usarla con medida, preservando su propia integridad y seguridad, por un lado, y por otro, cuidando la calidad de sus relaciones y disfrutando sin limitaciones de muchos otros aspectos de su vida. La meta es que no tengas siempre que imponerte o prohibirle, sino que él o ella aprenda, de una forma natural, a utilizarlos con racionalidad y responsabilidad.

No vaya a ser que llegue un momento en que creamos que ésto es lo «normal»:

 

Normalida

 




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