cómo calmar tus emociones en 3 pasos

Por: Mtra. Stefanie Soehlemann Reimers, Psicoterapeuta Infantil integrante de psii.

Una y otra vez se ha visto que una habilidad clave para todos los padres y madres, es saber cómo calmar y regular sus propias emociones.

Tus hijos aprenden de tu estado emocional. No puedes ayudar efectivamente a tus hijos a calmarse, a no ser que te hayas calmado tú mismo/a primero.

Cuando tus hijos están tranquilos y conectados, cuando se sienten seguros y comprendidos, es menos probable que se porten mal o actúen impulsivamente. Cuando estás calmada/o, tienes más posibilidades de ayudarlos a regular sus sentimientos y guiarlos a través de sus emociones.

Los niños prosperan cuando se sienten conectados, ya que confían en que serán comprendidos, amados y protegidos. En cambio, cuando se sienten desconectados de nosotros, pierden seguridad, y eso les dificulta el poder regular y gestionar adecuadamente sus emociones.

Tres pasos para calmar la tormenta emocional

PRIMERO: Examina tus propios sentimientos, juicios y temores acerca de esta situación

Piensa en una situación específica que signifique un reto para ti. Quizá es un berrinche en el súper, tu hijo/a gritando antes de la hora de dormir o tu adolescente hablando por teléfono.

En esta situación, ¿son tus propios pensamientos los que te asustan o te hacen enojar?

Cuando nuestros hijos están pasando por un mal momento, es fácil pensar: “No soy una madre suficientemente buena” o “ella es una mala hija” o “algo anda mal”.

Todos los padres y madres se enojan con sus hijos de vez en cuando, pero cuando permitimos que nuestro enojo o miedo se apodere de nuestros pensamientos, nos «enganchamos» hasta llegar a ver a nuestro hijo/a como el enemigo.

Trae tus pensamientos y sentimientos a la luz, de forma que puedas ver claramente a tu hijo/a, sin que el temor y el enojo nublen tu visión. Examina estos sentimientos y pensamientos en un diario:

¿A qué le temo?

¿Qué es lo que me enoja?

¿Cuál sería el peor escenario?

¿Qué estoy pensando acerca de mi mismo/a?

SEGUNDO: Crea un mantra

¿Qué te puedes decir a ti mismo/a, que te reconforte y sea cierto, abriendo un nuevo camino para relacionarte con esta situación?

Ejemplos:

“El conflicto es crecimiento tratando de manifestarse.”

“Así son los momentos antes de que todo se resuelva.”

“Esto es lo más importante que haré hoy.”

“Todo puede solucionarse hablando.”

Escribe en tu diario otros mantras que te puedas decir a ti mismo/a, durante o después de una situación difícil.

TERCERO: Sé empático/a contigo mismo/a

Una vez que hayas examinado tus juicios/enojo/miedo y hayas repetido tu mantra para ti mismo/a, será más fácil ser empático y compasivo contigo para atravesar lo que sea.

Ser empático y compasivo contigo mismo, podría sonar así:

“Claro que me siento avergonzado/a y frustrado/a cuando me grita en el súper. Yo esperaba entrar y salir rápido de la tienda, de forma que hoy los pudiera acostar temprano.”

“Hace sentido que sienta temor y desesperanza cuando se rehúsa a hacer su tarea. Estoy preocupado/a de que saque calificaciones bajas y que en un futuro no sea capaz de conseguir un trabajo para mantenerse ella misma.”

Escribe en tu diario qué cosas empáticas te puedes decir a ti mismo/a acerca de esta situación.

IMPORTANTE:

Una vez que nos hemos tratado con empatía y nos hayamos calmado, podremos crear un «espacio» para que nuestros hijos se calmen.

Cuando estamos calmados, podemos escuchar sus sentimientos, ser más creativos y estar más conectados con ellos.

Lo más probable es que una vez que ambos hayan descargado sus emociones, se sentirán conectados nuevamente, y entonces sabrán qué hacer para resolver el problema, cualquiera que sea.