Podría haber tantas definiciones de «hijo», como madres y padres en el mundo, pero ésta tal vez te lleve a una interesante reflexión…
Hijo es un ser que nos prestaron para un curso intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y de nosotros aprender a tener coraje.
¡Sí, eso es! Ser padre o madre es el mayor acto de coraje que alguien puede tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente el de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo de perder algo tan amado.
¿Perder?, ¿cómo? No es nuestro, ¿recuerdan? Fue apenas un préstamo…
Cierto, pero es un préstamo que llega a convertirse en el don más preciado que jamás llegamos a tener en el efímero tiempo que dure el empréstito. Un préstamo por el que damos la vida, sabiendo que hay que devolverlo.
Un préstamo sin intereses, pero cuyo cuidado lleva implícito el más alto sacrificio y la defensa mas sólida. Cuida tu préstamo, muchos lo querrán, otros lo odiarán, pero para ti no tiene precio.
Texto atribuido a José Saramago; narrador y ensayista portugués, premio Nobel de Literatura en 1998.