MI HIJO ADOLESCENTE EN LA CUARENTENA
En estos momentos de cambio por los que atravesamos, los medios electrónicos nos han sido de gran apoyo para estar conectados con los demás, durante este aislamiento social que tenemos que acatar por solidaridad ante la crisis sanitaria.
Alguien a quien este aislamiento social le puede estar causando mayor dificultad, es precisamente el adolescente, debido a su gran necesidad de autonomía y libertad. Él o ella desea convivir con su grupo de amistades, con la pareja o con sus compañeros de entrenamiento en algún deporte, y es aquí donde la tecnología le resulta de gran ayuda.
Sin embargo, es necesario que tú, como padre, tengas un buen manejo de esta situación, para evitar que tus hijos adolescentes se aíslen demasiado, desarrollen ansiedad o incluso depresión. Para ello, aprovecha que la cuarentena también es una oportunidad para unir a la familia. El estar en el hogar ha permitido suprimir las prisas de salir a trabajar, de llevar a los hijos a la escuela, dando una pausa que puede ayudar a encontrar el contacto y la armonía entre padres e hijos.
Por lo tanto, el secreto está en lograr un EQUILIBRIO; entre darles tiempo, libertad y privacidad con sus amigos y actividades, y a la vez, buscar un lugar en casa para la comunicación entre todos, en el que además puedan reconocer y compartir sus emociones.
En otras palabras, es necesario darles su espacio, pero también buscar PUNTOS DE ENCUENTRO que favorezcan el vínculo de confianza y de conexión entre padres e hijos. Esto favorecerá una comunicación más asertiva, y por ende, mayor cordialidad entre todos los miembros de la familia.
Dicho espacio puede ser un lugar de la casa tranquilo, que se preste a la reflexión, en el cual se puedan desarrollar actividades compartidas.
AQUÍ ALGUNAS IDEAS:
- Jugar juegos de mesa divertidos (hay una amplísima variedad actualmente).
- Ver juntos una película (con palomitas) y comentarla al final.
- Jugar “adivínalo con mímica”, con nombres de películas y series que estén de moda entre los chavos.
- Aprender a preparar un platillo o un postre. O incluso organizar un concurso de cocina o repostería con los primos: cada uno prepara una receta diferente y la muestra por videoconferencia a los demás.
- Organizar una “fiesta” por videoconferencia con sus primos o amigos una vez por semana (sin adultos).
- Pintar mandalas (se pueden hacer diseños muy sencillos con lápiz y luego colorearse).
- Hacer sesiones fotográficas (es muy divertido y dejará constancia de esta etapa tan especial).
- Grabarse actuando, contando un cuento, un chiste o una anécdota de cuando mamá y papá eran adolescentes como ellos.
- Ver videos familiares de épocas y eventos pasados.
En fin, la idea es evitar que se genere en ellos aislamiento y ansiedad por el encierro, y en cambio, propiciar un estado de mayor calma, que a su vez favorezca el vínculo emocional entre padres e hijos.
María Eugenia Tinoco Artigas, psicoterapeuta emocional integrante de psii.
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