Un adecuado desarrollo de la psicomotricidad, influye de manera determinante en el proceso de aprendizaje, así como en la socialización y el bienestar emocional del niño.
A pesar de ser muy amplia la clasificación de los problemas psicomotores o psicomotrices, generalmente los padres pueden percatarse de su presencia, cuando observan en sus hijos una o varias de las siguientes características: Retraso en la adquisición de ciertas habilidades como sentarse, pararse, caminar, etc., con respecto a otros niños de su edad; dificultad para reconocer, mostrar o nombrar las diferentes partes de su cuerpo; evidencia de debilidad motriz, falta de tono muscular, torpeza en los movimientos o falta de coordinación.